¡Bienvenidos!

En esta página encontrarán todas las novedades sobre los talleres. Estén atentos.

Taller Literario 2015

Biblioteca Popular "José A. Guisasola"

Taller Literario 2015

Biblioteca Popular "José A. Guisasola"

Taller Literario 2016

Biblioteca Popular "José A. Guisasola"

Taller Literario 2016

Biblioteca Popular "José A. Guisasola"

Taller Literario 2016

Biblioteca Popular "José A. Guisasola"

Taller Literario 2016

Biblioteca Popular "José A. Guisasola"

Arrepentimiento. Por Bárbara Fischer Farías. Consigna 4, Nivel A - Módulo 4


Un accidente de auto me dejó inmóvil por varios meses, me había despertado rodeado de aparatos que indicaban que estaba vivo. Me encontraba solo en la habitación 115. Nadie en meses había venido a verme y los médicos no sabían nada de mí.

Esa mañana en que desperté, comencé a recorrer la habitación con la mirada, de pronto viajé al pasado, donde me veía rodeado de amigos y familiares, no entendía por qué entonces estaba solo si mis recuerdos decían otra cosa, recordé tener amigos y una gran familia ¿Dónde estaban todos ellos?

Tratando de darme vuelta en la cama, ya inquieto de esa posición, me aferré a la almohada y traté de pensar en que todo era un sueño, que lo que estaba viviendo era una pesadilla y que no debía temer.

Entonces recordé quién era, no pude evitar sentir vergüenza y asco de mi mismo. Mi vida había cambiado hacia un tiempo, antes de sufrir este accidente yo mismo me había encargado de alejar a toda mi gente, mi reputación se había acabado por la traición cometida a mi esposa, en mi mente solo resonaban sus gritos ¿Cómo pudiste? ¡¿Cómo pudiste hacerme esto?!

La noche anterior al accidente, el romance oculto con mi cuñada había salido a la luz, todo se nos había ido de las manos y ya no podíamos esperar a vernos fuera de la casa, como veníamos haciéndolo desde hacía años.

Esa noche ella y yo quedamos solos en casa, mi esposa había salido de cena con sus amigas pero volvió más temprano de lo normal y así fue, nos encontró en pleno acto, no podíamos negar ni intentar explicar nada. Lo había visto todo.
Después de una terrible discusión con mi esposa, ella me echó de la casa que compartíamos con la familia, tomé las llaves de mi auto y sin más tuve que irme.

Después de meses de rehabilitación —ya que mis huesos habían quedado hechos añicos— logré salir de la clínica. Me enteré por un conocido, que mi amante también había sido expulsada de la casa. Ya no había remedio, estábamos pagando por el error cometido. Experimenté el precio de la soledad y la vergüenza, el arrepentimiento me invadió y no tardé en hundirme en llanto y desesperanza. Como no me había dado cuenta antes que mi pecado me llevaría a la ruina, había perdido toda mi hermosa familia, estaba solo en el mundo, la mujer que me había acompañado por años ya no estaba a mi lado.

Que sería de mí, me pregunté. Sin trabajo, sin casa, sin nadie que me apoyara. Pues solo me quedaba seguir adelante, lo peor ya lo había pasado, al estar al borde de la muerte.

Ahora solo me queda cargar con la culpa de haberlo destruido todo pagando un precio muy alto: la soledad absoluta.



Bárbara Fischer Farías
Modalidad: a distancia
Nivel A – Módulo: 4, consigna 4 alfa
Campus Virtual – Profesora: Julia Martín
Biblioteca Popular “José A. Guisasola”
Agosto de 2015

Una niña perdida en el bosque. Por Isabel Racciatti. Consigna 4, Nivel A - Módulo 4


Había una vez una familia que vivía en un bosque, donde los árboles bondadosos cubrían los nidos de los pájaros entre sus hojas mientras ellos cantaban sus hermosas melodías.

Tenían una casa recubierta con piedras que de noche brillaban y la iluminaban, con muchas ventanas donde el sol muy temprano con su resplandor dorado les anunciaba el amanecer.

Estaba rodeada de árboles, flores, era ¡¡¡muy alegre!!! Los cuatro eran muy felices viviendo allí. Mora, la menor, era pequeña, morocha, con ojos verdes de tez blanca, tan blanca como las nubes. Rogelio su hermanito, se destacaba por curioso, picarón y travieso. Sus papás siempre estaban para cuidarlos.

Juntos hacían cosas divertidas, tenían juegos de mesa, leían cuentos, cocinaban, eran muy compinches y los educaban con mucho amor.

Todos trabajaban para poder vivir en ese lugar, la niña era muy estudiosa, ayudaba a su madre en todo lo que podía, Rogelio jugaba con las semillitas de colores que encontraba en el bosque, hacía agujeritos y las enterraba. Las semillitas las cuidaba y luego nacían, cerezas, arándanos, etc. Luego las cosechaban y mientras bailaban, llenaban los canastos de frutos. Su mamá preparaba los frascos para envasar los dulces que llevarían al pueblo todos los meses junto a los muebles que su papá fabricaba con madera que juntaba en el lugar. Las mantas que tejían en familia y muchas cosas más.

Así sus días pasaban sin darse cuenta.

Una mañana deciden ir al pueblo. Prepararon los caballos, el carro y la mercadería, ya preparados para salir, Mora no quiso ir y con varias excusas convenció a sus papás, eso sí, no debía salir de su casa ni abrir la puerta a nadie. Les dio un beso grande y entró: hizo los deberes porque al otro día debía ir a clases luego tomó la leche y miró hacia afuera, se sentía aburrida, se moría por recorrer el bosque. Entonces tomó su sombrero con flores, los anteojos oscuros, la cantimplora con agua y salió sin pensarlo. Los topos curiosos al verla asomaban sus cabezas y las volvían a guardar.

Ella nunca salía sola; siguió y ahí fue donde las ardillas traviesas que jugaban con las flores y las mariposas la vieron, se unieron al paseo, les gustaba estar con la niña, caminaron, cantaron, jugaron sin parar, se cansaron y decidieron dormir una siestita.

Cuando despertó, el sol se había escondido, las estrellas brillaban y Mora estaba sola, sus amiguitas se habían ido. Tenía miedo por lo que se levantó y caminó.

Como por arte de magia aparecieron las luciérnagas, se treparon sobre su sombrero y la alumbraron, gracias a ellas encontró una choza, se acercó y contuvo la respiración. Abrió la puerta, instantáneamente la invadió una sensación de alivio, una mujer insignificante avejentada y con el cabello revuelto estaba a su lado, Mora dio unos pasos hacia adelante y lloró, sus lágrimas humedecieron su ropa, tenía frío, hambre. La anciana se dio cuenta y le dijo no tengas miedo compartiremos la cena y la cama, mañana muy temprano te llevaré, conozco este lugar de punta a punta, aquí nací y crecí. Lávate y luego cenamos. Así fue, le ayudó a lavar los platos y se acostaron. Mora arrepentida pensaba en su familia que seguramente estaría buscándola sin parar, dio mil vueltas en la cama y así logró dormirse.

Muy temprano la anciana se levantó, le preparó la leche, abrió la puerta y con un silbido llamó a Gervasio que era su burro; en éste subió a la niña y salieron, hablaron mucho, la señora le contó que vivía sola hace muchos años .Mora con pocas palabras describió la hermosa familia con quien vivía y lo feliz que era ¡¡lo mucho que los amaba!!

Así la vuelta fue más corta, llegaron, sus padres estaban afuera, la regañaron, ellas trataron de explicarle, entendieron pero su penitencia tenía que cumplir, quince días sin salir a jugar. Mora aceptó, se dio cuenta que no debía desobedecer a sus papis y si de algo está segura es que no lo volverá a hacer.

Desde ese día su amistad creció con la anciana, se visitaban, pasaban muchas horas juntas y ella fue para los hermanitos la abuela que siempre soñaron tener y ella ahora no estaba sola tenia ¡una hermosa familia!


Isabel Racciatti
Modalidad: a distancia
Campus Virtual – Profesora: Julia Martín
Biblioteca Popular “José A. Guisasola”
Agosto de 2015

Tareas para esta lección "Taller Literario - Módulo 4"

Consigna 4

Consigna 1: elegir una de las cuatro opciones (alfa, beta, gamma o delta) para desarrollar un texto. Antes de comenzar a escribir se deberá pensar en el narrador: elegir el punto de vista.

Consigna alfa:
“Aprendí que no debía abusar de mis amigos. Tuve miedo. La soledad me perseguía.”


Consigna beta:
“Contuvo la respiración y abrió la puerta. Instantáneamente, le invadió una sensación de alivio. Una mujer insignificante, avejentada, con el cabello revuelto y la cara llena de arrugas, estaba a su lado”.
(George Orwell, 1984)


Consigna gamma:
“Naturalmente, esto no es una aventura, ni un programa, ni -menos que menos un noviazgo. Sin embargo, es algo más que una amistad.”
(Mario Benedetti, La Tregua)


Consigna delta:
“Ellos no sabían lo que les iba a suceder”.



Extensión máxima: dos carillas.


Nota importante: Antes de entregar: lean y relean en voz alta, borren repeticiones, escriban oraciones breves, borren lo que no consideren que es fundamental y chequeen los tiempos verbales.

Nota importante 2: Ordenen los nombres de sus archivos. Si el primero se llama: “Consigna 3 – Laura Martínez” van a recibir mi devolución como “Consigna 3 – Laura Martínez -visto-“; entonces para trabajarlo y volvérmelo a mandar tienen que agregarle un “corregido” o un “2”


IMPORTANTE: Fecha límite de entrega de consignas 16 de agosto.


Ilustración: ©Eugenia V. Cano - ©CONACULTA – MÉXICO 2012





Esta obra está bajo una licencia Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.5 Argentina de Creative Commons. @Literatorio de Julia Martín. Está prohibida su venta o comercialización, total o parcial.
Si va a reproducir parte del contenido de esta obra, deberá citar la fuente.
www.literatorio.com.ar │julialetras@gmail.com

Taller Literario – Módulo 4


¡Bienvenidos a la CUARTA parte! Estoy segura de que están entusiasmados. Este Módulo es muy importante.

Esta vez, comparto tres cuadernillos: uno que contiene la teoría (como siempre) y uno que tiene las lecturas.

POR FAVOR: Aquí es donde deberán dejar sus consultas y comentarios respecto de los contenidos. (No me dejen mensajes en otras partes que no tengo acceso inmediato a ellos).


Nivel A – Módulo 4 – LECTURAS

Escritura nivel A – Módulo 4




Esta obra está bajo una licencia Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.5 Argentina de Creative Commons. @Literatorio de Julia Martín. Está prohibida su venta o comercialización, total o parcial.
Si va a reproducir parte del contenido de esta obra, deberá citar la fuente.
www.literatorio.com.ar │julialetras@gmail.com

Libertad condicional, por Azul Pacheco. Consigna 3, Nivel A - Módulo 3


El miedo fue la señal. El silencio, un grito cercado.


Era una mañana de ensueño cuando la señorita Cristina abrió la puerta. Abrazada a la libertad empujó su cuerpo al destino que le brindó la descalabrada escalera. Con paso torpe se puso en movimiento y bajó hacia la nueva vida que empezaba al cruzar la calle. Miró su reloj y sintió palpitar ese instante en la extensión del cielo abierto que la invitaba a volar.

Colgó al hombro el bolso en el que amontonó su historia con la poca ropa que tenía; ajustó el abrigo, enganchó su echarpe a la cartera de mano, sacó los anteojos negros para cubrir su ojo amoratado y sonriendo se marchó.

Dejó una nota sin firmar sobre la mesa del comedor; decía: “Más vale sola que mal acompañada”.



Así de simple es la supervivencia en la tribu urbana. Nada hay que demostrar, solo tener el coraje de sublevarse a tiempo y mostrar los dientes cuando intentan ponerte un collar.

¿Cómo lo sé?

Porque la señorita Cristina soy yo. Mi única propietaria.



Azul Pacheco
Modalidad: a distancia
Nivel A – Módulo: 3, consigna 3
Campus Virtual – Profesora: Julia Martín
Biblioteca Popular “José A. Guisasola”
Julio de 2015

LA DOCTORA COYA, por Mónica Yacob. Consigna 3, Nivel A - Módulo 3


La doctora Elisa Rivas de Hernández tenía una vida plena. Estaba casada con un importante empresario, con dos hijos y el futuro asegurado. Ella era la mejor cirujana de la ciudad.

Una fría mañana de junio escuchó que su hijo menor se quejaba. Cuando lo revisó, notó que estaba muy mal y había que operarlo de urgencia. ¿Quién mejor que ella para asistirlo?

Organizó todo, buscó los más eficientes médicos y el instrumental apropiado. Se trataba de la vida de su pequeño y quería la mejor atención posible. La operación duró demasiado y todo empezó a complicarse. Sus órganos cada vez respondían menos. Terminó de operarlo y lo llevaron a terapia intensiva. El niño empeoraba segundo a segundo, estaba en coma y lleno de cables. Ella no se movía de su lado.

Pasaron algunos días, hasta que un domingo que era el día de la madre abrió sus ojos y en voz muy baja, dijo: mamá, no me duele nada, soy feliz y veo una luz blanca. Escucho la voz de la abuela que me llama. Solo quiero ir a casa, estoy cansado. La doctora haciendo un gran esfuerzo para no llorar, le dijo: Pronto nos vamos a casa. El pequeño sonrió, la miró y le dijo: Te quiero mucho mamita.

Y murió.

La mujer devastada corrió al pasillo a darle la noticia a su marido, quien furioso empezó a golpearla mientras le gritaba: ¡asesina, asesina! Ella se sentía impotente. Había salvado tantas vidas pero no pudo salvar a su hijo.

Pasó el tiempo y sentía que ya no podía vivir más así. Su marido la maltrataba y toda la casa le recordaba al niño. Sus juguetes, su cama, su lugar en la mesa, su risa cantarina. Entonces no pudo más, dejó todo y se marchó sin mirar atrás por temor a arrepentirse. Sabía que su otro hijo quedaba en buenas manos. No se llevó nada, se fue con lo puesto.

Caminó sin rumbo, hasta que el cansancio la venció y cayó rendida al costado de una calle. Ahí la encontró un camionero que la quiso ayudar. Ella le pidió que la llevara lo más lejos posible. Como el camionero iba al norte, la dejó en un pequeño pueblo de la puna jujeña.

Ahí quedó ella en la plaza, detrás de la quebraba la luna hacía su aparición. La gente del lugar era muy hospitalaria, le consiguieron ropa, una humilde cabaña cerca del pueblo y un trabajo de pastora de vicuñas. Se levantaba a las 5 de la mañana y después de tomar su mate cocido salía a pastar los animales, iba junto a otras mujeres. Ella se mantenía callada.

Fueron pasando los años y a pesar de su tristeza estaba en paz. La cabaña donde vivía era pobre, pero tenía una vista magnifica hacia los cerros multicolores, y a lo lejos se sentía el cantar de un arroyo.

Una mañana fue diferente, se levantó con un vacío en el estómago que no podía explicar. Estaba cuidando las vicuñas al costado de la calle, cuando un auto volcó casi enfrente de ella. Sin dudarlo corrió al lugar del hecho donde había un hombre, una mujer y una niña. No reparó en los adultos, sólo se ocupó de la menor que estaba muy mal. La tomó en brazos y la llevó al hospital del pueblo donde había quirófano pero no tenían medico. Entonces ordenó que prepararan todo porque iba a operar a la pequeña, y así fue como le salvó la vida.

Unos días después, fue a visitarla y cuando averiguó que todo estaba bien, decidió marcharse, pero un fuerte brazo la detuvo. Cuando giró, se encontró un hombre igual a su marido de joven. Lo conoció al instante, era su hijo. Quedó petrificada, lo escuchaba hablar lejos, él le preguntaba cómo era posible que una pastora fuera una cirujana tan eficiente. Y ella salió corriendo.

Intentando olvidar todo, un domingo, fue a la plaza y encontró a su hijo con una foto en la mano preguntando si la conocían. Todos se quedaron asombrados cuando ella le arrancó la foto de las manos y le dijo: Esa mujer era yo, pero ya no existe, ahora soy una pastora. El sorprendido, con lágrimas en sus ojos, le dijo: mamá, cuanto te busqué, y mirá donde te encuentro, El la tomó de los hombros y se sentaron en un banco de la plaza.

Entonces su hijo le contó que habían salido de vacaciones con su mujer y su hija, cuando en el viaje reventó una cubierta justo frente a ella, que lo que había pasado era un milagro, que no la quería volver a perder nuevamente. Entonces ella accede a reconstruir su familia pero Elisa no quería dejar el lugar que le había dado tanto.

Su hijo le contó que también era médico, igual que ella, que la gran ciudad lo había cansado. Así fue que compró una casa en el pueblo y la doctora arregló su cabaña para convertirla en un bello lugar donde pasaba horas hablando y jugando con su nieta. Después de tantos años, Elisa volvía a ser feliz. Como ahí había hospital pero no médico, le propuso a su madre atenderlo juntos.

Y así fue. En las mañanas salía a pastar las vicuñas con su ropa típica del lugar y a la tarde se ponía su guardapolvo de doctora para trabajar en el hospital.

De pronto la gente la empezó a llamar “La doctora coya”.



Mónica Yacob
Modalidad: a distancia
Nivel A - Módulo 3
Campus Virtual- Profesora: Julia Martín
Biblioteca Popular “José A. Guisasola”
Julio de 2015

CON EL CALOR DE TUS MANOS. Por Flavia Rago. Consigna 3, Nivel A - Módulo 3


Golpeó a su puerta una mujer muy sensual, envuelta en un abrigo de piel. Él abrió y se quedó mirándola de pies a cabeza. Luego la invitó a pasar.

Ingresaron a un ambiente cálido, de luces tenues y música suave. Sobre una mesa descansaban dos copas y una botella de vino.

Ella se quitó su abrigo causando en él un estupor mayor al anterior, su vestido ajustaba las partes más destacadas de su cuerpo y su larga cabellera morena era el marco perfecto para tanta belleza, era sublime.

Luego de un momento se sentó en el sillón cruzando sus piernas de manera sugestiva. Él contenía la respiración sintiendo que su corazón estallaría. Se sentía hechizado por esa bella mujer que tenía ante sus ojos. Se sentó frente a ella- para poder seguir inspeccionándola con detenimiento.

Mirándola a los ojos vertió suavemente el dulce vino en una copa y se la ofreció. Ella la aceptó gustosa, y comenzó a girarla entre sus manos para trasmitirle calor.

Sintió que pasó una eternidad estando en compañía de esa escultural mujer, cuando de golpe un escalofrío estremeció su cuerpo y de un salto despertó al oír el sonido insistente del timbre.

En su confusión no sabía si lo ocurrido había sido real, y pensando en ella, abrió la puerta.

Mayor fue su sorpresa y desconcierto al encontrarse frente a él a una hermosa mujer de cabellera morena envuelta en un prefecto abrigo de piel.


Flavia Rago
Modalidad: a distancia
Nivel A - Módulo 3
Campus Virtual- Profesora: Julia Martín
Biblioteca Popular “José A. Guisasola”
Julio de 2015

Consigna 3 - Nivel A - Módulo 3

Primera parte: Escribir una lista de veinte sustantivos al azar (1. agenda, 2. cerebro, 3. perro… 19. dolor, 20. vereda) Numerarlos. Elegir de a pares desde los extremos: el 1 y el 20 y escribir una oración o frases breves; luego el 2 y el 18 y escribir otra frase. La idea es que esos sustantivos estén conectados.

Por ejemplo: 1. agenda y 20. Vereda

Salió corriendo del departamento, paró un colectivo y subió desesperada. Sin darse cuenta, su agenda había quedado desparramada sobre la vereda.

Segunda parte: Escribir un cuento que contenga alguna de las frases u oraciones de la actividad anterior.


Extensión máxima: dos carillas.


Nota importante: Antes de entregar: lean y relean en voz alta, borren repeticiones, escriban oraciones breves, borren lo que no consideren que es fundamental y chequeen los tiempos verbales.

Nota importante 2: Ordenen los nombres de sus archivos. Si el primero se llama: “Consigna 3 – Laura Martínez” van a recibir mi devolución como “Consigna 3 – Laura Martínez -visto-“; entonces para trabajarlo y volvérmelo a mandar tienen que agregarle un “corregido” o un “2”


IMPORTANTE: Fecha límite de entrega de consignas 20 de julio.


Ilustración: ©Sofía Escamilla ©CONACULTA – MÉXICO 2012



Esta obra está bajo una licencia Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.5 Argentina de Creative Commons. @Literatorio de Julia Martín. Está prohibida su venta o comercialización, total o parcial.
Si va a reproducir parte del contenido de esta obra, deberá citar la fuente.
www.literatorio.com.ar │julialetras@gmail.com

Taller Literario – Módulo 3


¡Bienvenidos a la TERCERA parte! Espero que se sientan felices con los progresos y logros que van adquiriendo.
Esta vez, comparto tres cuadernillos: uno que contiene la teoría (como siempre), uno en el que tienen la normativa y el uso de la raya de diálogo de personajes y el tercero en el que encontrarán una ficha que les ayudará a diseñar sus personajes.

POR FAVOR: Aquí es donde deberán dejar sus consultas respecto de los contenidos.

Cuadernillos:
-Escritura nivel A – Módulo 3 (PDF)
-Normativa de la lengua – Usos de la raya (PDF)
-Ficha técnica de personajes Literatorio (PDF)




Esta obra está bajo una licencia Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.5 Argentina de Creative Commons. @Literatorio de Julia Martín. Está prohibida su venta o comercialización, total o parcial.
Si va a reproducir parte del contenido de esta obra, deberá citar la fuente.
www.literatorio.com.ar │julialetras@gmail.com


Rincón Literario Facebook Pinterest Contacto El Perdido LEE Bibliopeque Bibliopeque itinerante